El pasado 19 de octubre se conmemoró el Día Mundial de lucha contra Cáncer de Mama, que fue establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 19 de noviembre de 1988, con el objetivo de sensibilizar a la población general acerca de la importancia de la detección precoz y formas de prevenirlo.

En Argentina mueren 15 mujeres por día como consecuencia del cáncer de mama. Entre el 7 y el 10% de los casos (cerca de 18 mil) son hereditarios.

El texto del proyecto de Ley fue elaborado en conjunto con profesionales de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO, el Hospital Universitario y el IMBECU (Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo) del CCT CONICET Mendoza. Y ha conseguido el impulso de la vicegobernadora Laura Montero y su tratamiento en las Cámaras a partir del activo funcionamiento de un Consejo Asesor Científico Tecnológico que actúa como un espacio de cooperación y asesoramiento técnico, articulando a distintas casas de estudios, poderes del Estado y organismos especializados.

De prosperar este proyecto de Ley, sería un caso testigo de los esperados resultados de un trabajo coordinado entre la ciencia y la política.

La medicina del futuro es la medicina preventiva

Argentina es uno de los países con mayor incidencia mundial en cáncer de mama. Mendoza es la segunda provincia argentina con mayor mortalidad con esta patología, con cada vez con mayor incidencia en mujeres jóvenes. Éstas estadísticas han llevado a los/as científicos/as a la necesidad de relevar datos que lleven a mejorar el diagnóstico y la prevención, fundamentalmente de un subgrupo formado por aquellos cánceres de mama y ovario que responden a un componente hereditario. Como antecedente figura la formación a nivel nacional la Red Argentina de Cáncer Heredo Familiar (RACAF) que ha llevado a trabajar posteriormente en la creación de un Registro de cáncer heredo familiar, para conocer qué ocurre específicamente con las mujeres de la región.

De convertirse en ley esta propuesta, la misma permitiría que las mujeres que reúnen criterios de sospecha para cáncer de mama y ovario hereditario puedan recibir asistencia y accedan a la cobertura para un correcto diagnóstico, y la aplicación de las estrategias de prevención y reducción de riesgo adecuadas.

Esto redundaría fundamentalmente en una más efectiva cobertura del derecho a la salud por parte de la población, y significaría un ahorro para las arcas del Estado en materia de medicación y tratamientos paliativos.