Si bien el motivo de elección del día 3 de diciembre está asociada al onomástico del Dr. Finlay, en un día tan caro al sentido de ser de esta Casa de Estudios, deseamos acercar las palabras de nuestro recordado doctor Rodolfo Muratorio Posse.
El Dr. Muratorio Posse se desempeñó desde 1955 como médico, profesor, estudioso pragmático y lúcido, en los hospitales y la comunidad mendocina, y también como decano de la Facultad de Ciencias Médicas. Fue impulsor en la provincia de una escuela moderna y profesional, con prácticas exigentes, regidas por la ética, que a pesar del paso del tiempo siguen siendo aplicadas y celebradas por sus discípulos.
Dr. Rodolfo Muratorio Posse, en 1º persona
Respecto de una de sus preocupaciones profesionales y éticas:
- El vínculo entre el médico y su paciente nace con la medicina misma ya que, básicamente, el acto médico es necesario e inexcusablemente una relación entre dos personas, en la que aparece un “tercero en discordia” que es la enfermedad para darle todos sus tonos y sus timbres. Dadas su antigüedad y su importancia esta relación ha sido objeto de innumerables observaciones, juicios, críticas, sátiras, loas, etc. Pero recién en este siglo y merced a los avances de las ciencias psicológicas y de las ciencias de la comunicación, comienzan a esclarecerse sus mecanismos y sus dinamismos y empieza a configurarse un cuerpo de doctrina alrededor de la misma. En este aspecto, quien marca un punto de partida de trascendental importancia es Freud al dejar claramente establecido que la recuperación del paciente (cualquiera sea éste) se posibilita a través de una relación de carácter personal con su médico, relación en la que juegan factores de mutua interacción entre dos personas que en esencia son iguales.
- Con frecuencia se piensa que los médicos, cuando hacemos un diagnóstico, nos limitamos a aplicar nuestros conocimientos de medicina, entre los que acertamos a identificar qué es lo que más se parece a lo que presenta el paciente. Esta podría denominarse la versión ingenua del proceso. Cuando el paciente ofrece al médico el universo de sus posibilidades o de sus posibles enfermedades, está actuando en función de toda su historia personal, de toda su vida, de su historia familiar, de sus experiencias vitales, de su cultura, de su extracción socioeconómica, etc. Este universo se canaliza a través de un relato, de una comunicación que es volcada en el médico quien, además de sus conocimientos de medicina, también tiene su historia personal, sus experiencias, su cultura, etc. Sería bastante ingenuo suponer que el médico va a recibir la comunicación del paciente tan solo con la parte de su ser que concierne a sus conocimientos de medicina, excluyendo la totalidad del resto. Imposible.
En este Día del Médico/a, la FCM saluda a todos aquellas personas que decidieron consagrar sus estudios y sus profesiones a la sanación y la prevención sanitaria.