El reconocimiento incluyó un pequeño presente a consejeros y consejeras salientes, consistente en una taza de cerámica con el logo de la FCM. Además, el decano Roberto Miatello, les dedicó unas sentidas palabras en gratitud al apoyo recibido. Sostuvo que la educación y su gestión en particular, estuvieron respaldadas en el apoyo recibido ante decisiones difíciles y en todo lo surgido a partir de los imprevistos y urgencias ocasionados por la pandemia. Asimismo, rescató las actitudes constructivas que permitieron disentir sin resentimientos ni partidismos, poniendo en juego las mejores prácticas políticas universitarias, en busca de beneficiar la educación y a la institución.

Asimismo, el decano Miatello retomó reflexivamente la frase de Rodolfo Muratorio Posse elegida para componer el diploma entregado. En ella, el creador de la medicina interna moderna en la UNCUYO y en Mendoza, convencido humanista de la medicina y exdecano de la FCM, postulaba:

"Un universitario auténtico no admite otra razón que la verdad, ni se propone otro objetivo que su búsqueda, sabe criticar sin creerse juez y acepta la crítica sin sentirse víctima, jamás confunde amistad con complicidad ni divergencia con enemistad y es capaz de admirar sin envidia y respetar sin temor".

Vaya entonces el agradecimiento público a una actuación excepcional, en la que consejeros y consejeras dieron quorum incluso enfermos/as, para sesionar y permitir el desarrollo de todas las funciones institucionales.