Romano y su equipo del IHEM comprobaron que el Carvedilol- un medicamento que se utiliza para tratar la hipertensión y otras afecciones cardíacas- también puede ser eficaz en el tratamiento de la enfermedad de Chagas, propagada en nuestro país por la vinchuca, vector del trypanosoma cruzi.
En Argentina, actualmente, hay alrededor de un millón y medio de personas infectadas y entre 6 y 7 millones de personas expuestas a la infección. Además, en el país nacen por año unos 1.500 niños y niñas infectados por transmisión congénita, es decir, de madre a hijo/a.
En busca de tratamientos más eficientes contra la enfermedad de Chagas
Romano y su equipo llevan esta investigación desde hace 5 años. Ya se hicieron pruebas in vitro y también en vivo (en ratones). Lo positivo es el medicamento cuyo impacto sobre el Chagas están investigando ya se encuentra en las farmacias, es una de las drogas aprobadas por la ANMAT por lo que luego de concluir con las pruebas, restará determinar la posología de la medicación, es decir, las dosis: cuánto tomar y cada cuánto.
“Hay dos puntos importantes en la lucha contra esta enfermedad: el diagnóstico y el tratamiento. El diagnóstico es muy importante porque si se hace en la etapa aguda (la primera) se puede tratar al adulto y al niño/a. En esos casos, el tratamiento tiene un 99% de eficacia, incluso, en los niños que lo toleran muchísimo mejor que los adultos, por lo que la detección temprana es crucial”, comenzó a explicar Romano.
“Ese es uno de los focos importantes de estudio y, el otro, es mejorar el tratamiento actual para la etapa crónica, porque tiene baja eficacia con las drogas que se utilizan actualmente y que están aprobadas. Además, generan muchos efectos secundarios y es un tratamiento prolongado, el esquema habitual es de dos meses. Entonces, esta combinación genera que muchas personas dejan de tomar el fármaco. Por eso, el objetivo también en esta lucha contra la enfermedad es buscar un nuevo tratamiento”, sumó.
Sobre el Carvedilol
“Existen formas diferentes de buscar estos tratamientos, nuevas drogas en la industria de la investigación de fármacos. En esta caso, estamos trabajando con una que es muy utilizada y que demuestra ser eficiencia para las enfermedades que se llaman desatendidas, como la enfermedad de Chagas, que es una a la que las empresas farmacéuticas no le prestan tanta atención”, señaló la experta.
“Entonces, en esos casos, trabajamos en esta estrategia que se llama ‘reposicionamiento de fármacos’. ¿Esto qué significa? Que se buscan fármacos que ya estén aprobados para el tratamiento de otras patologías- como en este caso, para la hipertensión arterial- y se investiga si podrían tener efecto para otras enfermedades. Puntualmente, nosotros hicimos una búsqueda virtual de compuestos aprobados para el uso en humanos para ver si esos tenían efecto sobre determinados blancos del parásito que provoca la enfermedad. En esa búsqueda salió que el Carvedilol tenía efecto sobre un compuesto del tripanosoma cruzi, hicimos distintos ensayos y comprobamos que efectivamente, lo tenía”.
Cómo continuará el proyecto de investigación
La investigadora y docente señaló, en primer lugar, que se eligió a este parásito, porque es sumamente importante en Argentina, porque en Latinoamérica está el vector que la transmite. “Ya hicimos las pruebas in vitro y en vivo”, aclaró.
Y sumó: “Lo positivo del reposicionamiento del fármaco, es que hay un montón de etapas previas a su aprobación que ya están hechas porque el medicamento ya está en las farmacias. Esos pasos de evaluar la toxicidad del fármaco, los efectos secundarios, todo eso ya está descrito y hoy se vende, es accesible y es muy utilizado no sólo para la hipertensión sino también para varias patologías cardíacas”.
“Ahora, lo que hay que terminar de definir son las dosis que se necesitan y esos estudios de dosis respuestas se tienen que hacer ampliando los modelos animales en estudio. Nosotros hicimos en un modelo animal de ratones y en un modelo de infección aguda y ahí probamos dos dosis del fármaco. Tenemos que definir el modelo de infección crónica, cómo sería la posología para administrar en los ratones y, a partir de ahí, anotarlo para iniciar un estudio clínico que ya sería a partir de pacientes”, cerró Romano.