La celebración se instituyó en reconocimiento a José Manuel Estrada, fallecido un 17 de setiembre de 1894, y sirve para reconocer el trabajo que los/as profesionales de la educación realizan cotidianamente.
En un contexto tan excepcional como el que nos toca vivir, mantener el derecho a la educación ha supuesto un esfuerzo especial por parte de los/as docentes. En particular, de aquellos/as que han visto convertida su actividad profesional en salud en roles esenciales durante la pandemia.
No hay palabras que alcancen para agradecer tan descomunal dedicación y esfuerzo. Todos y todas esperamos el momento de los gestos, de los abrazos que den cuenta de la profunda y sincera gratitud que guardamos.