El acto fue presidido por una mesa académica integrada, entre otras autoridades universitarias, por el rector de la UNCUYO, Ing. Agr. Daniel Ricardo Pizzi, junto al decano de la FCM, Dr. Roberto Miatello, quién debutó como anfitrión en una ceremonia de colación.
El decano Miatello, en representación de nuestra comunidad educativa, entregó a la sociedad mendocina a los/as nóveles profesionales, fruto del esfuerzo personal y de educación pública de nuestro país:
117 médicos y médicas, 56 licenciados y licenciadas en enfermería, 57 licenciados y licenciadas en Higiene y Seguridad en el Trabajo, 51 enfermeros y enfermeras universitarios, 32 técnicos/as asistenciales en Diagnóstico por Imágenes, 12 técnicos/as asistenciales en Esterilización, 26 técnicos/as asistenciales en Laboratorio, 1 técnica asistencial en Hemodiálisis, 24 técnicos/as asistenciales en Quirófano, 1 técnica en Promoción de la Salud.
Además, festejamos la aspiración de perfeccionamiento por parte de 31 egresados/as de posgrado provenientes de nuestras Maestría en Urología Oncológica y Especializaciones en Geriatría y Gerontología, Medicina, Higiene y Seguridad en el Trabajo, y Medicina Legal.
Asimismo, como hemos transformado en sana constumbre, distinguimos a 28 compañeros/as docentes y personal de apoyo que finalizaron su tramo activo para acogerse a su jubilación. Se trata de un reconocimiento debido y sincero, para aquellos/as que han servido a la educación y a la universidad.
La FCM invita a los/as nuevos/as profesionales y a quienes se acaban de jubilarlos a considerarla siempre su casa, para seguir participando de una historia institucional copiosa y prestigiosa.
Colación en aniversario de la Reforma Universitaria
La primera ceremonia encabezada por Miatello como nuevo decano de la FCM coincidió con tan importante aniversario, y lo habilitó a llamar a los/as futuros/as profesionales a "involucrarse fuertemente" con las ideas llamadas “reformistas”.
En una obligada apretada síntesis, Miatello recordó que "la Reforma produjo modificaciones sustantivas en la estructura de las universidades argentinas y americanas. El movimiento estudiantil exigió un cambio radical en los contenidos y métodos de enseñanza, que implicaban la aceptación del pluralismo filosófico, del ejercicio de la crítica, de la experimentación científica y de la autonomía de la Universidad de la influencia eclesial, como puntos centrales de la incorporación de la Universidad a la modernidad".
A partir del nuevo paradigma instalado desde 1918, Miatello postuló que "resulta urgente rediscutir la idea de universidad. Aclarar a la sociedad la razón de ser de la institución. Decidir si queremos contar con academias profesionales que enseñen mejor o peor un saber determinado o si nos interesa contar con instituciones que además transmitan los elementos esenciales que hacen que el ser humano sea más completo, más “humano” al elaborar una “visión del mundo” mediante la culturización de una sociedad que hoy exhibe signos de barbarie".
Finalmente, en un mensaje directo a los/as nuevos/as profesionales, les pidió que demuestren "ante el conjunto social, a través de su ejercicio profesional, que nuestras carreras de ciencias de la salud promueven que los estudiantes se conviertan en personas de bien, en ciudadanos informados y profundamente motivados, capaces de un sentido crítico y aptos para analizar los problemas comunitarios, para buscar y aplicar soluciones y asumir responsabilidades sociales".